peluche |
Hola, ¿que tal?
Con la llegada del otoño han lanzado el nuevo catálogo de Ikea, -algo muy esperado?- y no se si os pasa igual, pero yo le encuentro utilidad a todo... pues - esto me vendría bien para la entrada, la verdad es que queda muy bien en la pared del fondo...- y cada vez que voy hay algo nuevo con un nombre ilegible que me encanta...
Lejos de los partidarios y detractores de Ikea, yo, como muchos habréis hecho, he visto y leído su nuevo catálogo y me han llamado mucho la atención los reportajes de cómo diseñan y desarrollan los productos que luego nos venden.
Y destaco uno que considero que es importante por su contenido y mensaje; se titula "Anatomía del hipococodrilo". En él, a través de una entrevista que le hace un técnico de desarrollo del producto a un peluche, se descubre lo que significa ver las cosas desde el punto de vista de los niños.
Parten de una base muy importante, ellos dicen, "el juego estimula el crecimiento y por eso queremos inspirar a que la gente juegue más. Siempre desarrollamos los productos pensando en cómo juegan los niños".
Muy a favor de esta afirmación. En mi opinión, los niños tienen que jugar más para aprender, esto es lo que se llama aprendizaje desde dentro hacia fuera, y no al revés. Tienen que experimentar con la realidad, asombrarse (ohh, esto es un tema muy importante de mi admirada Catherine L'Ecuyer para preparar un post sobre como Educar en el Asombro).
Otra frase que me llama la atención, "los niños muerden, olvidan tapar y golpean la mesa con los rotuladores, en vez de decirles ¡cuidado con el rotulador! los fabricamos de manera resistente".
¡Cuantos quebraderos de cabeza nos ahorraríamos, llantos y rabietas...!
Esto me recuerda mucho a lo que es lo que en Montessori llamamos un ambiente preparado, facilitarle y ofrecerle al niño un lugar ordenado con utensilios simples y reales donde cada elemento tiene su razón de ser en el desarrollo de la etapa del niño, facilitando así su independencia y ofreciéndoles el sentido de pertenencia.
En referencia al título del reportaje, "Anatomía del hipococodrilo" un "animal" diseñado en Alemania por una niña de 10 años, destacar las siguientes afirmaciones que él nos hace en primera persona:
- Tengo los ojos bordados porque es más seguro que tenerlos de plástico o vidrio, así evitaremos que los niños se los traguen.
- Mi cola es corta, mide 22 cm, para que los niños menores de 3 años no puedan enrollarlas en sus cuellos.
- Mi nariz es suave y amplia para que los niños no se hagan daño ni se les queden los deditos atrapados en ella.
- Mi tejido es seguro, no incluye productos químicos y no destiñe si se mastica la tela.
- Me han pasado por un detector de metales para comprobar que no hay agujas, grapas o algo así olvidado en mi cuerpo.
- Me han hecho pruebas de estiramiento para comprobar que no me rompo si dos niños tiran de mi.
Son detalles que debemos tener en cuenta cuando vayamos a darles a nuestros niños un jugueteque, aunque parece simple e inofensivo, puede que en realidad esté lleno de "peligros" por llamarlos de alguna manera.
OSITO |
Este tema me ha parecido muy interesante y he querido compartir con vosotros mis reflexiones sobre el mismo, sobretodo porque nos marca las pautas principales que debemos valorar y nos hace ver que no "todo vale".
Y hasta aquí el post de hoy, nos leemos pronto,
¡Feliz miércoles!
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